Este récord de producción constituye un logro técnico y operativo innegable. Sin embargo, el desafío a futuro no reside únicamente en la extracción, sino en la capacidad del país para desarrollar la infraestructura necesaria (oleoductos, terminales portuarias) que permita transportar y exportar estos volúmenes crecientes de manera eficiente. Sin una inversión paralela y sostenida en logística, el potencial de Vaca Muerta podría encontrar un cuello de botella, limitando el impacto económico real de estos hitos productivos.