La reducción de retenciones al agro y la reforma tributaria buscan inyectar competitividad y divisas a la economía argentina, un movimiento estratégico en el contexto del RIGI y el acuerdo con el FMI. Sin embargo, la implementación gradual y la tensión con las provincias por el IVA dividido señalan los desafíos fiscales y políticos que el gobierno deberá sortear para asegurar la sostenibilidad y el éxito de estas medidas a largo plazo.