La designación de Manuel Adorni como Jefe de Gabinete y de Diego Santilli en Interior representa una estrategia dual. Por un lado, se refuerza el núcleo comunicacional del gobierno, ubicando a una de sus voces más firmes en el centro de la gestión. Por otro, se incorpora a un político de carrera con experiencia en la negociación territorial. Este movimiento puede interpretarse como un intento de equilibrar la firmeza ideológica en la gestión diaria con la necesidad pragmática de construir acuerdos políticos para avanzar en la agenda legislativa.