El análisis de la OCDE plantea un dilema clásico en la economía argentina: el equilibrio entre la estabilización macroeconómica a corto plazo y el desarrollo productivo a largo plazo. La advertencia no es una crítica directa al objetivo de ordenar las cuentas, sino un llamado de atención sobre los 'costos' del método elegido. Pone el foco en que un modelo económico sostenible no solo depende de variables financieras, sino también de la fortaleza de su tejido productivo y su capacidad para generar empleo de calidad.