Es notable que se destaque la 'no coincidencia' con Trump en la comunicación oficial. Esto puede interpretarse como un intento de manejar las expectativas y evitar especulaciones sobre un encuentro que, de producirse, tendría un fuerte impacto simbólico. La frecuencia de los viajes del presidente a EE.UU. subraya la prioridad que su administración otorga a la relación con este país, tanto en el ámbito económico como en el ideológico, buscando alinearse con actores clave del espectro político y financiero norteamericano.