Este realineamiento geopolítico en Sudamérica, impulsado por líderes con agendas liberales, puede generar una nueva dinámica de bloques en la región. Es relevante observar cómo esta nueva configuración influirá en organismos multilaterales como el MERCOSUR y la UNASUR, y en las relaciones comerciales y diplomáticas con los países que no forman parte de este nuevo eje, como Brasil. La cooperación entre estos países podría acelerar reformas económicas, pero también podría profundizar las divisiones ideológicas en el continente.