Es relevante notar dos aspectos estratégicos. Primero, la decisión de alinear la política exterior argentina de manera explícita con una corriente política específica de Estados Unidos, como es el movimiento MAGA, representa una apuesta con potenciales beneficios y riesgos diplomáticos. Segundo, la atribución de la crisis económica a un 'golpe económico' de la oposición constituye una narrativa política que simplifica un escenario con múltiples factores económicos y políticos involucrados.