Un gobierno con fuerte respaldo legislativo puede ser más eficaz para implementar su programa y generar estabilidad. El riesgo, siempre presente, es la disminución del debate y el control por parte de la oposición. El desafío para el oficialismo será usar esta nueva fuerza para construir consensos duraderos y no para imponer su agenda sin diálogo. Por otro lado, la impugnación a una senadora electa por vínculos con causas de narcotráfico es una señal de alerta que no debe ser subestimada. La legitimidad de un triunfo electoral no solo se mide en la cantidad de votos, sino también en la idoneidad y la integridad de los representantes elegidos.