La reducción en la demanda de dólares ofrece un alivio a corto plazo y permite al gobierno ejecutar su estrategia de remonetización. Sin embargo, la sostenibilidad de esta calma depende de factores estructurales. La expansión de la liquidez debe ser monitoreada para evitar que se traslade a precios, especialmente en un contexto de oferta de divisas restringida. La consolidación de la confianza y la llegada de inversiones productivas serán determinantes para que este proceso se traduzca en un crecimiento económico genuino y no solo en un alivio financiero transitorio.