La aprobación casi unánime del presupuesto en Mendoza, presentada como un triunfo del diálogo, esconde una negociación pragmática. El oficialismo cede en puntos clave de control de fondos (alumbrado, educación) a cambio de la aprobación general y de la capacidad de endeudarse. Si bien se celebra la 'gobernabilidad responsable', este acuerdo también refleja la necesidad del gobierno provincial de asegurar sus cuentas en un contexto nacional adverso, otorgando concesiones que fortalecen a los intendentes, incluso a los de la oposición.