El nombramiento de Manuel Adorni, un comunicador, en el rol de Jefe de Gabinete, tradicionalmente ocupado por un articulador político, sugiere un cambio estratégico del gobierno. Tras una victoria electoral, el enfoque podría virar de la negociación parlamentaria, tarea central de Francos, a la consolidación del relato público y la comunicación directa con la ciudadanía para impulsar la segunda fase de reformas. Este movimiento redefine el centro de gravedad del poder, priorizando la gestión de la opinión pública como herramienta clave de gobernabilidad.