La designación de Santilli, un político pragmático con buena llegada a los gobernadores, puede interpretarse en dos claves. Por un lado, es una respuesta a la necesidad urgente del gobierno de construir consensos para aprobar sus reformas. Por otro, al elegir a una figura proveniente del PRO pero no del círculo íntimo de Macri, Milei busca mostrar autonomía y construir su propio poder, incluso a costa de romper la alianza que lo llevó a la presidencia. Este movimiento redefine el tablero político para los próximos años, demostrando que en la política, las alianzas son a menudo transitorias y funcionales a los objetivos de poder.