El anuncio de una reforma tributaria genera expectativas en el sector productivo, al apuntar a corregir distorsiones estructurales. Sin embargo, su viabilidad dependerá de los detalles de implementación. Será crucial observar la ejecución de la 'gradualidad' mencionada y la priorización de los impuestos a reformar. La modificación de Ingresos Brutos, en particular, requiere de un complejo consenso político con las provincias, que dependen de ese tributo para su financiamiento. El desafío fundamental será balancear el alivio fiscal para el sector privado con la necesidad de mantener la solvencia del Estado.