La postura unificada de los gobernadores, más allá de sus diferencias partidarias, evidencia una estrategia de negociación en bloque. Se trata de un clásico juego de poder en un sistema federal: los mandatarios provinciales utilizan su influencia legislativa como moneda de cambio para asegurar recursos vitales. Para el ciudadano, es clave entender que detrás de la discusión técnica sobre el presupuesto se define el financiamiento de servicios concretos como la jubilación de empleados públicos y la continuidad de obras de infraestructura esenciales para cada provincia.