Este movimiento refleja una tensión histórica en el peronismo entre el poder centralizado y el de los gobernadores. La creación de bloques 'provinciales' no es nueva, pero en un contexto de un gobierno sin mayoría propia, estos grupos adquieren un poder de negociación crucial, convirtiéndose en 'árbitros' en votaciones clave. Es importante observar si esta estrategia les permite obtener ventajas concretas para sus provincias o si, por el contrario, simplemente fragmenta a la oposición, facilitando la agenda del oficialismo.