La discusión sobre el presupuesto universitario trasciende los números y se instala en el debate sobre el modelo de país. Reducir la inversión en educación superior puede tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo científico, tecnológico y social, afectando la competitividad y la igualdad de oportunidades. Es crucial analizar no solo el gasto inmediato, sino también la visión de futuro que subyace a estas decisiones.