Este incidente pone de manifiesto la tensión existente entre el desarrollo industrial y la seguridad de las comunidades aledañas. Más allá de la investigación puntual sobre las causas, el hecho invita a una reflexión sobre la fiscalización de las normas de seguridad industrial y la efectividad de los planes de emergencia. Es crucial evaluar si los protocolos vigentes son suficientes para prevenir este tipo de desastres y, en caso de que ocurran, para proteger de manera efectiva a los ciudadanos que viven y trabajan en las inmediaciones de estos polos productivos.