La eliminación de este arancel es un avance positivo y concreto para el sector ganadero y la balanza comercial. Sin embargo, es crucial considerar que el acceso al mercado estadounidense no depende únicamente de los aranceles. Persisten barreras no arancelarias significativas, como las cuotas de importación y exigentes normativas sanitarias. El éxito a largo plazo de esta apertura comercial dependerá de la capacidad de Argentina para negociar la flexibilización de estas barreras técnicas y de la competitividad estructural del producto en un mercado global muy disputado.