La estabilidad actual en las cotizaciones del dólar parece ser un equilibrio delicado. Depende fuertemente de factores externos y temporales, como el swap con Estados Unidos, más que de una fortaleza económica interna consolidada. Esta calma podría ser transitoria si no se abordan los problemas estructurales de fondo, como el bajo nivel de reservas netas y la falta de confianza en el mercado de deuda local, que se refleja en un riesgo país aún elevado.