La estabilidad cambiaria post electoral es una señal positiva a corto plazo, pero es fundamental diferenciarla de una solución estructural. La calma actual depende en gran medida de expectativas y factores estacionales, como la liquidación del agro. La verdadera prueba para el plan económico no es la reacción inmediata del mercado, sino su capacidad para generar confianza sostenida, atraer inversiones y resolver los desequilibrios macroeconómicos de fondo, como la necesidad de acumular reservas genuinas sin depender exclusivamente de medidas de contención temporales.