El dato más significativo del estudio no es la división casi perfecta en la aprobación (48% vs 50%), sino la paciencia social reflejada en el 61% que cree que 'el esfuerzo vale la pena'. Este indicador funciona como un termómetro del capital político del gobierno. Mientras esta expectativa se mantenga alta, la gestión dispondrá de margen para aplicar sus políticas, incluso si los resultados económicos a corto plazo son adversos para una parte de la población. La lectura para la oposición debería centrarse en por qué, a pesar de las dificultades, no logra capitalizar el descontento de manera más efectiva.