Resulta notable que la percepción económica se consolide como el principal indicador del humor social, desplazando a una preocupación tan arraigada como la inseguridad. Esto evidencia que, más allá de los resultados electorales, la estabilidad material cotidiana es el factor determinante para la mayoría. La marcada polarización en las respuestas también subraya cómo la identidad política moldea la interpretación de la realidad económica, un elemento crucial para un análisis completo de la opinión pública.