Este récord en la emisión de deuda privada es un indicador positivo de la confianza externa. Sin embargo, es clave observar si este financiamiento se traduce en inversión productiva real que genere empleo y exportaciones. El desafío es que esta ventana de oportunidad en los mercados no solo sea un alivio financiero para las grandes corporaciones, sino el motor de un crecimiento económico sostenible y generalizado.