Si bien el cumplimiento de la meta fiscal es una señal positiva para los mercados y el FMI, es importante observar cómo se logra. Un análisis detallado debe considerar si el superávit se basa en un aumento genuino de la actividad económica que impulsa la recaudación, o si se apoya en medidas como el recorte del gasto en áreas sensibles o en impuestos que pueden afectar la producción a largo plazo. La advertencia del ministro sobre el gasto de fin de año es un recordatorio de que la disciplina fiscal es un desafío constante y no solo una foto de un mes.