La dinámica de la reunión refleja una negociación estratégica clásica en la política argentina. El gobierno nacional presenta sus reformas como un bien común innegociable, mientras que los gobernadores utilizan su poder territorial y legislativo como moneda de cambio para obtener recursos fiscales. Es crucial observar cómo se resuelve esta tensión: si se llega a un acuerdo pragmático donde ambas partes ceden, o si la falta de acuerdo retrasa tanto las reformas del gobierno como la llegada de fondos a las provincias. El resultado definirá no solo el futuro de las leyes propuestas, sino también la gobernabilidad y el equilibrio de poder federal en los próximos años.