La modernización del sistema tributario es un objetivo recurrente en la agenda pública. El desafío de esta reforma no será solo diseñar un esquema técnicamente superior, sino también asegurar que la transición sea viable para millones de contribuyentes de bajos y medianos ingresos. El éxito de la medida dependerá de si el nuevo sistema ofrece un camino claro y beneficioso hacia la formalidad, o si, por el contrario, impone una carga administrativa y fiscal que resulte expulsiva para los contribuyentes más pequeños, logrando un efecto adverso al deseado.