La modernización del sistema tributario es un objetivo recurrente en la agenda pública. Sin embargo, la efectividad de una reforma de esta naturaleza no reside únicamente en el diseño del nuevo esquema, sino fundamentalmente en la implementación de una transición ordenada. Un cambio abrupto podría generar incertidumbre y costos adicionales para los contribuyentes de menor escala, lo que potencialmente podría aumentar la evasión fiscal y la informalidad, contradiciendo los objetivos de la propia reforma.