La marcada contracción en la liquidación de divisas del agro tras el fin de un beneficio fiscal expone la fragilidad de las estrategias basadas en incentivos de corto plazo. Este comportamiento de 'adelantar' exportaciones para aprovechar una ventana de oportunidad, seguido por una fuerte caída, dificulta la construcción de un flujo de ingresos predecible y sostenible. Refleja un desafío estructural en la política económica: la necesidad de generar confianza y reglas de juego estables que promuevan la inversión y la exportación de manera constante, en lugar de depender de medidas de emergencia que alteran los ciclos productivos.