Las cifras presentadas reflejan un escenario de relativa calma y previsibilidad. Sin embargo, es crucial observar si esta tendencia se sostiene en el tiempo y cómo impactan factores externos o cambios en la política económica. La proyección de un superávit fiscal es positiva, pero su concreción y sostenibilidad son el verdadero desafío para consolidar la estabilidad. La baja inflación es una buena noticia, aunque el acumulado anual sigue siendo significativo para el poder adquisitivo.