La elección de un político con amplia trayectoria y perteneciente a un partido tradicional como Diego Santilli para el Ministerio del Interior, evidencia un enfoque pragmático por parte del nuevo gobierno. Se prioriza la experiencia en la negociación política por sobre el discurso de campaña confrontativo con la 'clase política'. Este movimiento puede interpretarse como un reconocimiento de que, para implementar cambios estructurales, es indispensable contar con interlocutores válidos y construir puentes con los actores del sistema político existente.