Si bien la ampliación de cupos y la reducción de aranceles representan una oportunidad clara para los sectores exportadores, es relevante observar cómo se equilibrarán estos beneficios con las necesidades del mercado interno, especialmente en productos sensibles como la carne. El éxito del acuerdo dependerá no solo de su firma, sino también de la capacidad productiva argentina para satisfacer la nueva demanda y de la estabilidad de las condiciones políticas y económicas en ambos países en los próximos años.