La capacidad del gobierno para gestionar eficazmente las negociaciones con las provincias y mantener la unidad interna será determinante para el éxito de su agenda de reformas. La sostenibilidad de las políticas económicas, especialmente las relativas al tipo de cambio y las reformas estructurales, requerirá un delicado equilibrio entre las expectativas generadas y la concreción de resultados tangibles, lo que podría impactar la confianza de los inversores y la estabilidad política a mediano plazo.