Este reajuste en el gabinete de Milei, con la incorporación de figuras como Santilli y la ampliación del rol de Adorni, parece ser una respuesta directa a las dificultades legislativas iniciales. Busca construir puentes con el poder territorial provincial, clave para la gobernabilidad y la aprobación de reformas. Sin embargo, la exclusión de ciertos sectores del peronismo y el desafío de mantener la disciplina fiscal podrían limitar el alcance de estas negociaciones y generar nuevas tensiones políticas a mediano plazo, dejando en evidencia una estrategia de polarización controlada frente a la oposición más dura.