Si bien un swap de esta magnitud ofrece un alivio financiero inmediato y una señal de respaldo internacional, es fundamental observar su carácter temporal. La estabilidad económica a largo plazo no depende de estos 'salvavidas' financieros, sino de la capacidad del país para generar un superávit comercial sostenido y políticas macroeconómicas que fomenten la confianza y la inversión, permitiendo así la acumulación de reservas genuinas. Este acuerdo compra tiempo, pero no resuelve los problemas estructurales de la economía argentina.