La confluencia de un potencial acuerdo comercial con EE.UU. y la mejora de los indicadores financieros podría iniciar un ciclo positivo para la economía. El aumento de exportaciones generaría un flujo genuino de divisas, fortaleciendo las reservas y reduciendo la dependencia del endeudamiento. Sin embargo, la materialización de estos beneficios depende de la concreción del acuerdo y del mantenimiento de la disciplina fiscal y monetaria que sustenta la confianza de los mercados. La privatización de activos energéticos, aunque genere ingresos a corto plazo, plantea un debate sobre la gestión de recursos estratégicos a futuro.